Páginas

domingo, 7 de marzo de 2021

Ana Carmona Ruiz, Nita: la primera mujer futbolista

 La historia de Ana Carmona, 

primera mujer futbolista de España.

 (Málaga, 1908 – Málaga, 1940).

Primera mujer futbolista de España, que bajo el pseudónimo de ‘La Veleta’, se hacía pasar por un hombre para poder disfrutar de su gran pasión. 
 
Esta malagueña -del barrio de Capuchinos- fue probablemente la primera mujer en jugar al fútbol en un equipo del Estado español. La historia de la futbolista Ana Carmona Ruiz, más conocida como Nita, (nacida en 1908) también está llena de ingenio para transgredir y de cambios de vestuario y de dentro de él.
 

Nita jugaba de joven en los partidos que se disputaban en la explanada cercana al cuartel de Artillería. Años más tarde, ese territorio pasaría a ser el campo de las Escuelas Salesianas.  Su padrino fue el párroco Francisco Míguez Fernández, un gallego que fue beatificado por el papa Benedicto XVI y que creía en el lema salesiano que decía que “el deporte fortalecía el cuerpo y que el espíritu se entrenaba en el estadio de la Santa Misión”.

 Así que, comenzaría a infiltrarse para jugar algunos partidos en el Sporting de Málaga.

Para poder entrar al Club, Ana Carmona -que se subía a los árboles siempre que podía para ver los partidos- comenzó a trabajar como ayudante de masajista y se encargaba de lavar la equipación. Se la ingeniaba para jugar algunos de los partidos de los que se jugaban en casa con el equipo cambiando su aspecto. Así empezó a dar sus primeras patadas al balón en partidos oficiales.

Tras las denuncias, la jugadora recibió varios castigos por “alteración del orden público”: le raparon el pelo y fue encarcelada, lo que suponía una violencia recurrente contra las mujeres que llevaban a cabo determinadas acciones en la época. También sufrió arresto domiciliario. Su familia quedó marcada por el estigma en el pueblo y la trasladaron a Vélez-Málaga, donde también tenía familiares.

Allí fue un tanto mejor recibida por el equipo de fútbol, ya como mujer y donde -para pasar desapercibida- se puso el apodo de ‘Veleta’ por sus constantes “cambios de aires”. En esta ocasión no necesitó infiltrarse para jugar algunos partidos y lo hizo bajo el conocimiento de su equipo. Eso sí, siempre en los partidos que no jugaran en casa para no ser reconocida en la zona. Hasta mediados de los años 30 -poco antes de comenzar la Guerra Civil- se mantuvo jugando, lo que podía o lo que le dejaban.

Según un artículo de El Español, Nita encontró en su abuela Ana a su mejor cómplice en este viaje. Su método era simple pero sumamente efectivo. Al haber aprendido en casa corte y confección, ella misma se ajustaba el atuendo para cambiar su apariencia. Mientras jugó en el Sporting de Málaga, Nita accedía al estadio por la zona de la lavandería y luego, una vez dentro, se convertía en lo que era: futbolista.

La futbolista malagueña falleció en 1940 con sólo 32 años, víctima de una fiebre conocida como “el piojo verde”. Según Hurtado, “fue enterrada con la camiseta del Sporting de Málaga (por deseo expreso) en el cementerio de San Rafael en presencia de muchos jugadores y compañeros que compartieron con ella partidos y alineaciones ‘secretas’.

Su veleta era tan rápida como su creatividad y astucia para conseguir lo que anhelaba. Así, para hacerse su foto de futbolista con la equipación del Sporting esperó hasta carnaval para poder tenerla. 

 
Adaptación realizada de los textos hallados en diferentes fuentes.
 
Fuentes: